Puerto Rico no dispone de una economía desarrollada ni emergente. En el mejor de los casos está estancada. El momento crítico no es consecuencia exclusiva del vaivén político que afecta a todas las economías del mundo. Se trata de una profunda debilidad institucional o, para expresarlo de la forma más sencilla posible, insuficiencia generalizada en las “maneras” de ver, organizar y hacer las cosas.
Estas “maneras” son el objeto de estudio central del institucionalismo, escuela económica inspirada en la obra de Thorstein Veblen, economista y crítico social de principios del siglo pasado, de la que Rexford Tugwell –último gobernador norteamericano– formó parte. Durante su gobernación Puerto Rico tuvo una extraordinaria experiencia
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